Reza un antiguo proverbio que los ojos son el espejo del alma. Está frase hoy toma mayor sentido cuando se vuelve una práctica diaria besar y sonreír con la mirada.
La situación mundial actual ha cambiado radicalmente nuestras dinámicas de vida. Uno de los aspectos más distintivos se relaciona con las expresiones de afecto que nos propiciábamos a través de sonrisas y besos. Hoy estos se ven mediados por la presencia de la mascarilla, nasobuco o barbibijo.
Sin embargo, nos las hemos ingeniado para trasmitir nuestros sentimientos, una de estas formas ha sido a través del diseño de las mascarillas, con representaciones de nuestros estados de ánimos o incluso con colores.
Pero la realidad de nuestras emociones va más allá de la moda o nuestra mascarilla, y es que nuestros ojos son capaces de trasmitir nuestros sentimientos aún sin proponernoslo.
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El lenguaje de los ojos. ¿Cómo besar y sonreír con la mirada?
Contrario a lo que pensamos, nuestro cuerpo trasmite más información que la que podamos dar a través de la palabra. Y es precisamente aquí donde los ojos juegan un rol primordial en el que comúnmente no ponemos atención.
Al decir de Friedrich Hebbel:
Los ojos son el lugar donde se mezclan cuerpo y alma.
Y no le falta razón, para una persona normal, se hace muy difícil controlar el movimiento de sus ojos. Del cual la mayoría de las veces no somos totalmente conscientes.
Al respecto se han realizado innumerables investigaciones que interpretan estos movimientos aparentemente aislados.
Como puntos de coincidencia en estos estudios se ha encontrado que:
- Al dilatarse las pupilas frente a un objeto o persona, en condiciones normales de luz, podemos asegurar que existen emociones positivas asociadas al gusto y la atracción.
- De igual forma la interpretación de pupilas contraídas está asociada a temor, rechazo, mal humor y odio. En algunas ocasiones se acompaña además de ojos entrecerrados que remarcan el tipo de emoción.
Pero estas interpretaciones no solo se asocian con las pupilas y su tamaño, sino también con los movimientos de los ojos, como ya habíamos apuntado.
Si el movimiento de los ojos hacia arriba y a la derecha, se entiende como la búsqueda en la memoria de un dato o información importante.
Si por el contrario se orientan hacia arriba y a la izquierda, activan las funciones creativas del cerebro.
Te invitamos a un ejercicio rápido, prueba estos dos tipos de miradas ahora mismo. Te sorprenderá la interpretación que hace nuestro cerebro de ellas.
Al orientar los ojos abajo significa introspección. Si se orienta además a la izquierda, se relaciona con la construcción o elaboración de información. A la derecha, estamos apelando a la memoria pero ahora en relación con sensaciones físicas.
Así es como nuestros ojos son capaces de mostrar información que ni siquiera imaginamos.
En cuanto a la sonrisa y el afecto, otras son las partes del ojo que intervienen. Guillaume Duchenne, investigador francés fue el primero en afirmar que en una verdadera sonrisa también intervenían los músculos orbiculares, los que provocan que al sonreír se estiren las mejillas y se arruguen nuestros ojos.
Tal es así que si usaremos una mascarilla como la que aparece en la imagen podríamos ver una linda sonrisa detrás de una hermosa mirada arrugada.
Los ojos se convierten en protagonistas de nuestras emociones. Besa, ama, sonríe y abraza con ellos. No importa si son grandes o chicos, verdes o negros. Lo que importa es que lleven felicidad a las personas que amamos.